Venezuela quiere justicia
Cuando fundamos el Movimiento Primero Justicia, fue por una razón fundamental: la clara creencia que sin Justicia no hay Progreso, ni mucho menos Democracia. Y cada día la Injusticia que vive Venezuela nos lo reafirma. Esta semana pudimos observarlo ante una sentencia de casi 14 años contra Leopoldo López y 10 años contra los estudiantes Ángel González, Demian Martin, y Christian Holdack, quienes recibieron medida cautelar, todo esto sin prueba alguna. Mientras tanto el país observa diariamente cómo delitos comprobados y graves suceden a diarios y quedan impunes, como lo demuestra el propio Informe de Memoria y Cuenta del Ministerio Público 2014: 98% de los casos no obtienen justicia.
Cada año en Venezuela suceden 25.000 asesinatos, 1.400.000 asaltos, y 1.200 secuestros. ¿Y cómo no vamos a tener esta cifra si cada juez recibe al día 500 casos y un fiscal 8?, y de éstos jueces el 70% son provisionales, quienes desde 2013 no pueden ser removidos a través de un procedimiento independiente si no realizan bien su trabajo, sino a través de la cúpula del Tribunal Supremo de Justicia. ¿Cómo no van a dejar de investigarse estos casos si solo tenemos 4.000 de los 25.000 investigadores de delito que necesitaríamos y 90.000 policías, muchos inmersos en la corrupción y la extorsión sin ser investigados, de los 125.000 policías depurados y equipados que deberían protegernos a todos?
Esta grave situación de impunidad ha permitido que se hayan registrado 32 casos de linchamientos sólo en este año; la justicia jamás debe tomarse por mano propia, por eso necesitamos fortalecer al Estado en su capacidad de darle seguridad a cada venezolano. Ese debe ser el compromiso empeñado de todas las autoridades. En unos meses elegiremos al poder que realiza la Ley y controla a los demás poderes para su cumplimiento, ese nuevo Parlamento podrá hacer cumplir las disposiciones constitucionales que garantizan una independencia a los tribunales del Gobierno, permitir una Ley de Amnistía que dé la libertad de quienes injustamente hoy no están con sus familias, así como las reformas necesarias en la Ley de Servicio Policial para mejorar la capacidad de depuración, capacitación, equipamiento. Venezuela necesita justicia, y juntos tenemos la fuerza para construirla.