Nueva realidad política
Los resultados electorales del pasado domingo dibujan a un país dividido en partes iguales. Son dos mitades que necesitan entenderse y ponerse de acuerdo. El reconocimiento del otro es el primer paso para salir de la crisis. La victoria electoral de Henrique Capriles, de la cual estamos convencidos, sería la mejor garantía de diálogo y reconciliación. Procedamos al reconteo de los votos para sacar al país y al mundo de la duda y la incertidumbre.
La actitud de Nicolás Maduro, luego de haber dilapidado en pocas semanas la herencia electoral que trató de dejarle el presidente Chávez, es negar que la mitad de Venezuela existe. Se niega a tomar en cuenta a casi 7,5 millones de venezolanos. Se niega a oír sus cacerolazos y pide taparlos con fuegos artificiales. Se niega a atender sus problemas y escuchar sus reclamos. Con lo que gasta el gobierno en cohetes y fuegos artificiales cada día se pueden aumentar los sueldos a los policías y comprarles equipos modernos, para que luchen con más efectividad contra el crimen.
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, pretende callarnos en el parlamento, a los que representamos el 52% de los votos del 26 de septiembre de 2010. Qué exabrupto tan grande. A nosotros no nos callará un teniente corrupto, amargado por no haber sido escogido por Chávez como su sucesor.
El bachiller Kevin Avila: una de las múltiples caras de la violencia oficialista
El pasado domingo en la noche Kevin Avila irrumpió junto a motorizados armados en las instalaciones del Instituto de Previsión de Profesores de la UCV, donde la Red de Observación Electoral llevaba a cabo el seguimiento al proceso electoral del pasado domingo, en un rol de monitoreo y contraloría ciudadana que han practicado en más de 10 procesos electorales. Avila y su pandilla buscaban a un profesor para “llevárselo”. Al no encontrarlo Avila golpeó a un menor, vandalizó con su grupo las instalaciones y robó varias computadoras y celulares, antes de retirarse ante el llamado a las autoridades competentes. El comportamiento de Kevin, vil y cobarde, es la marca de fábrica de un gobierno violento y autocrático. Los violentos son ellos. El triste espectáculo del pasado martes en la Asamblea Nacional, en el cual parlamentarios y militantes oficialistas agredieron a varios diputados demócratas, incluyendo una herida de consideración al diputado William Dávila, es la línea de conducta que transmiten desde el alto gobierno a su militancia. Los mismos violentos vandalizaron nuestra oficina, pensando que con este comportamiento nos van a amedrentar. Están equivocados. No desmayaremos en nuestra lucha por la justicia y la paz. Estos atropellos nos dan más fuerza para seguir luchando.
El informe elaborado por la Red de Observación Electoral, donde se establece que el cúmulo de irregularidades observadas podría cambiar el resultado electoral, se puede leer en http://redobservacionelectoral.info/nota/774
Ideas y/o sugerencias para la Asamblea Nacional
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Fuente: Últimas Noticias
Abril 2013