Estamos luchando por el derecho a la vida
Pacientes de todo el país, familiares y otros miles de venezolanos tomamos las calles el jueves para exigir la apertura del canal humanitario que permitiría la entrada al país de alimentos y medicinas provenientes de las donaciones de la comunidad internacional.
Hoy somos millones los venezolanos que sufrimos las dificultades que esta crisis ha creado. Los padres que dejan de comer para alimentar a sus hijos, pacientes que no consiguen las medicinas que necesitan para vivir y muchos otros que mueren por falta de insumos. No son solo cifras, son historias y vidas humanas que necesitan respuestas.
No hay sentencia del TSJ que cure el cáncer, que baje la tensión y que le devuelva la vida a alguien. Podemos salvar muchas vidas si el Gobierno acepta la apertura del canal humanitario, que hoy mantienen cerrado por razones políticas.
Estamos luchando por el derecho a la vida. Exigimos que se permita la entrada de la ayuda producto de la solidaridad y de los organismos internacionales. No se trata de un capricho, es una necesidad y puede ser para muchos garantía de vida.
¿Qué hacer con los aguinaldos? Para aquellos que tenemos la suerte de tener un empleo en Venezuela, en esta época nos entra un respiro con el pago de los aguinaldos; pero viviendo en el país con la mayor inflación del mundo, nos toca gerenciar esos churupos con mucha sabiduría y prudencia. Expertos del ramo afirman que la inflación en nuestro país superará 700% el año que viene, de modo que el poder adquisitivo de nuestra moneda literalmente se desintegra a diario.
Para muchos, una buena parte de los aguinaldos están comprometidos, para pagar deudas contraídas con anterioridad. Lo que quede luego de honrar los compromisos requiere una jerarquización cuidadosa. Siéntese con su pareja o su grupo familiar y haga una lista de las cosas importantes que hay que atender. En el tope de la mayor parte de las familias están los alimentos básicos, que siguen escasos y caros, así como las medicinas para nuestro grupo familiar, sobre todo para los adultos mayores, tan maltratados durante los últimos años. Vale la pena comprar aquellos que puedan conservarse varios meses sin dañarse, ya que la escasez, con este gobierno, llegó para quedarse.