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A 22 años del #4F

A 22 años del golpe de estado liderado por el fallecido presidente Chávez en 1992, ninguno de los graves problemas de la gente está resuelto ni en vías de solución, sino que por el contrario la crisis se agrava.

A veces se nos olvida que al llegar Hugo Chávez al poder en 1999, el precio del petróleo rondaba los 9 dólares por barril. 16 años después, el precio es 400% más elevado, a pesar del bajón que han tenido en los últimos 5 meses, de modo que el problema no fue la falta de recursos sino la adopción de un modelo centralista, antagónico con el esfuerzo privado.

Las persecuciones de los últimos días a diversas empresas del sector privado no son sino un capítulo más en una larga cadena de insultos, amenazas y chantajes por parte del gobierno nacional, cuyos nefastos resultados los sufre la inmensa mayoría de los venezolanos: un aparato productivo local disminuido, atrofiado y temeroso de hacer las inversiones que requiere Venezuela para echar palante.

Hoy más que nunca se requiere de un diálogo franco con las principales fuerzas productivas del país, no solo para generar confianza sino para armar consensos sobre como navegar la dura crisis que significa para Venezuela contar con menos de la mitad de los ingresos petroleros del año pasado.

En días pasados una señora muy humilde me preguntaba: Dr. Borges, qué pasó con todas las marcas de harina de maíz que producía el estado venezolano hasta hace pocos años? La respuesta es simple: por una parte el gobierno dejó que la corrupción se apropiara de muchas de las empresas expropiadas, inflándolas de personal y también inflando sus costos, sino que luego de la expropiación de Agroisleña mermó la disponibilidad de semillas y fertilizantes para los productores domésticos. La combinación de estos dos factores nos hace hoy más que nunca dependientes de productos importados, sin que nos alcancen los churupos para comprarlo todo.   

Las colas cada vez más largas y penosas son el retrato de un modelo fracasado.

El escándalo de Petrobras

Esta semana se pudo conocer que tanto la Presidenta de Petrobras, Graça Foster, como los cinco directores principales de la empresa renunciaron, ante las denuncias de corrupción que han sacudido a la sociedad brasileña. Contrasta esta situación con lo que vivimos en nuestro país. El ministerio público comienza actuar contra algunos peces pequeños, deteniéndolos por irregularidades en los despachos de gasolina en el mercado interno, sin atreverse a investigar a los principales responsables de dirigir a la industria petrolera venezolana y a toda la cadena de responsables de custodiar la cadena de transporte de combustibles en Venezuela. Si se realizara un juicio público a los hoy detenidos, garantizándoles sus derechos fundamentales, estoy seguro que tendrán mucho que decir sobre sus superiores jerárquicos.  

Ideas y/o sugerencias para la Asamblea Nacional

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Fuente: Últimas Noticias

Febrero 2015